El agua, un derecho transformado en privilegio


En una mañana soleada emprendí un viaje a Santa Cruz Chinautla, un municipio que pareciera olvidado, a pesar de estar a tan solo 15 km de la Ciudad de Guatemala. En el camino uno se puede encontrar con varios residenciales con muchos habitantes, el camino es asfaltado pero luego llega un punto donde esto acaba, comienza el camino de terracería, las colonias desaparecen y se empiezan a entrever lugares de extracción de piedrín y el río Chinautla. Faltaba poco para llegar cuando varios camiones y carros estaban orillados, los pobladores hacían señas para que paráramos. “Aquí no hay paso”, dijo uno de ellos. “Por las lluvias de anoche, hay mucho lodo y un camión se quedó atrapado”. Decidí bajarme y en uno de los camiones que transportaba fruta me encontré con varias pobladoras, entre ellas Julia, quien me contó que ella junto a toda su familia ha vivido en Chinautla durante toda su vida y uno de los más grandes problemas que tienen es el agua ya que no han tenido desde hace 3 meses y dice que cuando “sí hay” llega cada 20 o 30 días.

Fotografía: John Barrie

Guatemala es el país de Centroamérica con mayor recurso hídrico, lamentablemente solo se utiliza el 10% de la capacidad que se tiene, el resto se va al mar o a los países vecinos sin que se les haya sacado algún provecho, que mejore las condiciones de vida de los guatemaltecos como Julia.

Racionamiento inequitativo        


¿Sabes cuántos galones de agua consume una persona de la capital al día? Según la Empresa Municipal de Agua (EMPAGUA), se utilizan 30.82 galones diarios por persona, esto es aproximadamente 6 garrafones de agua pura y un poco más. Al día se abastecen 92,470,320 galones en toda la ciudad, lo cual no cubre a todos las personas, existe un 19% de personas de la ciudad que se queda sin agua.  Esto es preocupante ya que es un insumo necesario en la vida diaria y no se le da un seguimiento especial para resolver el problema.

“Se tiene que hacer un racionamiento de agua en todas las zonas, sin preferencia, ya que hay una gran demanda del servicio”, opina César Poroj, encargado del programa educativo de EMPAGUA.

El servicio es inequitativo, ya que en algunas zonas hay más cobertura que en otras.

“La Defensoría Socio Ambiental ha visto algunas zonas en las cuales hay mayor escasez de agua. Estamos hablando de Chinautla,  zona 6, zona 5, zona 1, zona 15. Casi es generalizado donde hay irregularidad de agua”, opina Carlos Galich, asistente de la Defensoría SocioAmbiental de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), y agrega que EMPAGUA no se da abasto. 

A más población, menos agua


Para el año 2002 el municipio de Chinautla estaba conformado por 1 pueblo, 7 aldeas y 9 caseríos, al pasar los años la población ha ido creciendo a tal punto que actualmente está formado por 113 poblados divididos en aldeas, cantones, colonias y asentamientos. Julia recuerda que cuando era pequeña no había tanta gente como ahora, habían menos casas y el pueblo era pequeño pero quizás si había un poco más de agua.

Poroj, opina: “El crecimiento poblacional que tenemos en la ciudad se debe en gran manera a que el agua ya no sea suficiente para todos. Hay una gran demanda, este es un problema que año con año se ha ido encareciendo”. 

Se estima que en 10 años en la Ciudad de Guatemala vivirán más de 5 millones de personas. Este crecimiento tiene como consecuencia la dificultad de acceso al agua, ya que es más escasa y racionada, provocado por el aumento de la demanda. No solo se afecta la cantidad, sino también la calidad del servicio.

El aumento de las áreas urbanas disminuye el área de infiltración y, por consecuente, se merma la alimentación de las aguas subterráneas, lo que provoca una disminución de los niveles de los pozos de extracción.

Las tazas de crecimiento poblacional son mayores a la capacidad que tienen los ecosistemas para proveer bienes y servicios ambientales.

¿Y el ambiente qué culpa tiene?


La deforestación sistemática, la sequía y la contaminación en Guatemala, está incrementando la crisis de agua en casi todo el país.

Allan Flores, supervisor de gestión social del Instituto de Fomento Municipal(INFOM), opina que sí tiene que ver el ambiente en la irregularidad del servicio de agua potable, ya que para brindar un buen servicio se necesita cuidar los bosques de la tala de árboles y reforestar.

En el municipio de Chinautla pasa el río Chinautla, el cual debería ser una ventaja para los pobladores y la obtención de agua, lamentablemente solamente representa un peligro porque en la época lluviosa  suceden inundaciones y además es el desagüe de aguas negras de la capital. “Las aguas del río están muy sucias y contaminadas, no las podemos usar”, opina Julia. Este municipio es una región montañosa y boscosa, en sus alrededores se encuentran bosques de pinos y encinos, además de plantaciones de café, caña de azúcar y bambú. Julia cuenta que antes se cortaban muchos árboles en Chinautla, pero que  actualmente han cesado.

Las áreas con bosques garantizan mayores volúmenes de agua. Una hectárea de bosque, aproximadamente 21 veces el parque central de la Ciudad de Guatemala puede garantizar el abastecimiento hídrico a 228 personas al año con una dotación diaria de 30 galones, lo mismo que 6 garrafones de agua pura por persona.

“La escasez se da porque la lluvia ha mermado en la época de invierno. Según la cantidad de lluvia, esta va a ser la cantidad de agua que se almacene en los ríos y en las fuentes subterráneas y que se hagan más caudalosos”, opina Poroj.

Galich, opina: “Se debe precisamente a la sequía que existe, los tanques no captan el suficiente recurso hídrico de la lluvia para poder abastecer a toda la ciudad”.  

En Guatemala se presenta la sequía generalmente cuando la temperatura del Océano Pacifico está más cálida de lo normal, un fenómeno conocido como El Niño. Esto ocurre por el resultado de variabilidad en las condiciones climáticas mundiales que alteran el ciclo hidrológico del país y suben las temperaturas oceánicas.
El recurso hídrico también se ve afectado por el uso y aprovechamiento de los diferentes sectores, ya que algunos generan impactos dañinos al ambiente por la descarga de aguas residuales sin tratamiento, mala disposición de desechos sólidos y por el cambio de uso del suelo. Esto hace que el agua ya no se pueda reutilizar.

En Guatemala no se desarrolla una efectiva gestión ambiental, a pesar de que los daños ambientales y el deterioro de los recursos naturales son obvios, y la información técnica para detenerlos está disponible. La gestión ambiental en el país es tan primitiva que ni siquiera los aspectos básicos de gestión de agua, aire, bosques, desechos sólidos y tierras han logrado implementar.

Gota a gota, el agua se agota


Según EMPAGUA, para el abastecimiento de agua en la Ciudad de Guatemala se comenzó en el año 1785 utilizando un acueducto cerrado de ladrillo (barro cocido) y mampostería. En el año 1897 se introdujo el hierro fundido, pasando el barro a segundo plano. Este cambio coincidió con el crecimiento de la ciudad y la preocupación de las autoridades municipales del momento por mejorar el sistema de abastecimiento. Esto permitió en el año 1930 se renovara la mayor parte de la red de distribución, por hierro fundido gris y el galvanizado. Desde 1950 se ha introdujo la tubería de PVC (plástico) que es la que se utiliza actualmente.

A pesar de toda esta modernización, en algunos lugares de la ciudad  las tuberías ya son obsoletas y no todas han sido renovadas.

Galich comenta: “En algunos monitoreos que se han realizado se ha detectado que hay mucha tubería obsoleta que presenta fugas o que están taponeadas, esto hace que la distribución del agua no se dé bien y se desperdicie”. Flores agrega que se pierde hasta un 40% a 50% de agua en estas fugas. Sin embargo, Poroj, argumenta: “No tiene incidencia, ya que las tuberías se han ido modernizando”.

Existen sistemas de redes que requieren ser rehabilitadas o repuestas, ya que según INFOM, se estima en un 43% de pérdidas en el volumen de agua producida a causa de fugas, conexiones ilícitas, daños, etc.

Nadia, pobladora de la zona 6 capitalina, cuentan que hay problemas con las tuberías, “vienen seguido los de EMPAGUA a hacer un gran agujero pero realmente que arreglan no sé, pero siempre es en una misma área de aquí, vienen a trabajar nos dejan unos días sin agua, vuelven a tapar y al poco tiempo se vuelve a repetir, me imagino que ha de ser tubería muy vieja”.    

La operación y el mantenimiento son proporcionados por las municipalidades, en este caso por EMPAGUA. Algo lamentablemente  es que al sistema de redes de distribución no se le da mantenimiento preventivo y tampoco se realizan las  acciones formales de control de las operaciones en las redes de distribución  que ayudarían a la detección de fugas y daños a la tubería  lo cual está causando permanentemente problemas y fallas en los sistemas y en el servicio a la población.

Las actividades de mantenimiento en los sistemas de agua y saneamiento que se están ejecutando, se relacionan a acciones correctivas y de solución de emergencias, no a la prevención de problemas y esto está causando un grave deterioro de los sistemas.
Si los mantenimientos preventivos se llevaran a cabo podría ayudar a que no se desperdiciara tanto el agua además de evitar los socavamientos que se dan por los daños a la misma.

Lamentablemente en algunos lugares como Chinautla suceden muchos derrumbes, ya que la región es arenosa, que quiebran las tuberías y la municipalidad tarda mucho en repararlas, además de que estas no llegan a todas las viviendas, menciona Julia. Si estas no son reparadas no queda más que esperar a que llueva para obtener agua o ir con otras familias que cuentan con pozos y pedir que les regalen un poco, a la cual le echan cloro para que sea apta para su uso.   

¿Solución o degeneración?


Poroj comenta que una de las estrategias para mejorar el servicio es la perforación de pozos captando agua de fuentes subterráneas. Sin embargo, Galich considera que “esta acción daña los mantos friáticos subterráneos que nos ayudan a abastecer los lagos y ríos para tener más agua. Como paliativo es bueno pero a la vez estamos gastando nuestro poco recurso hídrico”.

Estos pozos son operados manualmente, son excavados a mano, en la mayoría de casos con poca profundidad, construidos para el uso del hogar. Son ideales para pequeñas y dispersas comunidades donde cuenten con agua subterránea a poca profundidad y el terreno permita la excavación.

Para lugares como Chinautla esta es la mejor opción porque es un área boscosa entonces el suelo puede generar más agua, pero pocas familias cuentan con esta solución. Julia cuenta que en la comunidad son muy unidos y que estas familias los llaman para regalarles un poco del insumo cuando ya han pasado varios días y no ha llegado el servicio, entonces van con varios botes para que se los llenen.   

La situación de las aguas subterráneas no es la mejor, pues con la pérdida de cobertura forestal, las zonas de recarga hídrica se han ido perdiendo. Gran parte del agua que se consume es obtenida a base de pozos que tarde o temprano se secarán.
El agua seguirá escaseando en la Ciudad de Guatemala pues de los 165 pozos que tenemos, 62 ya se han secado.

Un estudio del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad (Iarna) para la gestión del agua con visión de largo plazo para la zona metropolitana de Guatemala revela que en algunas de las microcuencas del área se extrae hasta nueve veces más líquido del que el suelo es capaz de recargar naturalmente en un año.
Aunque es impostergable la necesidad de mejorar la calidad de vida de todos los guatemaltecos, también es necesario que esto suceda respetando la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan.

¿Y la ley que regule para cuándo?


De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), se debe reconocer formalmente como un derecho humano al agua. El agua juega un papel fundamental en todos los ámbitos de la vida debido a los distintos usos que se le dan.

Constitucionalmente en Guatemala, al agua se le ha otorgado el carácter de “bien de dominio público”, de patrimonio del Estado y de los particulares, y su “aprovechamiento, uso y goce… se otorga de acuerdo con el interés social”.

La sociedad guatemalteca le ha asignado valores sociales y ambientales de primer orden y además se debe velar por su protección, por ello los sectores de la población consideran de importancia nacional la elaboración y aprobación de una ley en la materia. 

Galich y Poroj opinan que la irregularidad no se debe a que no exista una legislación sobre esta, sino al ambiente. Los expertos agregan que a pesar de que la legislación no sea el problema, sí debe existir una, ya que no se la da la importancia necesaria al agua y se le ve como un insumo suficiente.

Más de 26 iniciativas de ley para regular el uso del agua han sido presentadas en el Congreso de la Republica, lamentablemente todas han fracasado. La primera propuesta llegó a Dirección Legislativa en 1990, según los registros, y desde ese entonces los diputados han dejado de lado el tema.

Prensa Libre obtuvo declaraciones del diputado Mario Taracena, quien comentó que “debido a que en el Congreso habían más de 26 iniciativas, se decidió pedirle a algunos especialistas tratar de delimitar un solo proyecto, del cual ya existe un borrador que se debe presentar a la sociedad para evitar que se politice”. Afirmó que, aunque “es una ley muy importante para el país y es urgente”, es “bien complicada y hay que darle mucho cabildeo”.

Algunos objetivos de las iniciativas es dejar el servicio a cargo a las municipalidades y que cada persona cuente con por lo menos 26 galones de agua diarios, se podrá denunciar la contaminación,  se crea una autoridad nacional del agua autónoma, se tomará en cuenta los derechos ancestrales de las comunidades indígenas y su formas tradicional de gestión del agua y se fijará una tarifa para el uso de agua.
Las regulaciones y políticas públicas actuales de Guatemala en materia de agua parecen diseñadas para un país al que “nunca se le podría escasear el agua”. Año tras año, las autoridades han dejado los problemas acumularse como si no existieran, y las consecuencias empiezan a notarse en la irregularidad, inequidad de cobertura y contaminación.

Esto debería constituir una prioridad para el Gobierno, ya que su conservación y manejo racional están asociados directamente con el desarrollo sostenible del país. 
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales desarrollaron una nueva agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una de las metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años es mejorar las condiciones de gestión y gobernanza del agua ya que se reconoce que se trata de un bien vital, necesario para la sociedad, útil para le economía y esencial para el ambiente, para alcanzar estas metas, todo el mundo tiene que hacer su parte y concientizar sobre esta.

Tomar agua nos da vida, pero tomar conciencia nos dará agua


No existe una práctica seria y sostenida para hacer uso eficiente del agua, prevaleciendo una tendencia al desperdicio. Hay poca conciencia en la población sobre la necesidad de cuidar el recurso. Se cree que este insumo es inagotable.

María José Salas, portavoz de EMPAGUA, señaló que uno de los problemas más graves para la conservación es la misma población, porque “aunque se hagan los mejores esfuerzos en abastecimiento y conservación, si las personas no toman conciencia de hacer un uso racional y responsable del agua, todo va a ser insuficiente”.
Es importante que se valore el recurso de acuerdo a su necesidad, que realmente la población cuide el agua y el sistema de forma integral, además de promover el saneamiento integral.

Tanto Flores, Poroj y Galich concuerdan en que se necesita mucha conciencia social para cuidar nuestro ambiente y así evitar el desperdicio de agua.

Según Julia Flores, educadora ambiental del Ministerio de Ambiente y RecursosNaturales (MARN), “es un hecho que cualquier acción que haga el ser humano tendrá un impacto en el ambiente, así que cada persona debe elegir entre aquellas actividades que dañen lo menos posible”.

EMPAGUA de forma constante y oportuna comunica a la población sobre la importancia que debemos tener para cuidar y hacer uso racional el agua. Se realizan campañas educativas para que los ciudadanos se involucren  en el  cuidado del agua y se unan a la iniciativa municipal que busca, con la participación de todos, continuar aprovechando este valioso recurso.

El programa se llama “Programa de Concientización sobre el uso del Agua” y su propósito recae en informar e involucrar a la mayor cantidad de vecinos sobre la situación actual de la distribución del agua en la ciudad y qué hacer para velar por el buen uso. A los ciudadanos que participan se les lleva a conocer el funcionamiento de la Planta de tratamiento “Lo de Coy”, así como capacitación sobre cómo ser aliado a favor de la conservación del agua.

Julia ha recibido varias charlas por parte de la municipalidad sobre el cuidado del agua esto le ha ayudado a crear conciencia, gracias a estas charlas ella junto a otras personas han ido a capacitar a varios cantones de Chinautla, además de que hay que lavarse las manos y que es principal en los niños para evitar enfermedades. “Es preocupante, ya que ni en la escuela ni en el centro de salud cuentan con agua, solo con algunos botes que a veces mandan. La lluvia es de sus más grandes aliados ya que es la manera más fácil de conseguir el insumo. Hay que luchar por el agua”, concluyó.  

Por: Roxana Leal

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